HARTAZGO

AL ROJO VIVO

JESÚS CHÁVEZ JIMÉNEZ





Aparte de la incesante lucha de un sector de la sociedad mexicana, que se opone a Enrique Peña Nieto, que desplego una respetable campaña vía redes sociales para no ir al grito de independencia, hay otras causas y esas si, dolorosas del porque esa indiferencia en la sociedad y en especial la sudcaliforniana por estos festejos. Muchas familias me consta no participaron. Y sus razones son validadas e inobjetables. Y muy variadas por cierto. Una de ellas es el temor que existe por las matazones que no tienen fin. Ya en La Paz, no hay lugares seguros para vergüenza de las autoridades. Si quiere uno ir a comerse unas almejas chocolatas en algún restaurant de mariscos, es probable que se de ahí, un ajusticiamiento. No lo invento ha sucedido muchas veces. Y de ahí, para el real, donde mencionemos hay charcos de sangre. Tiendas Ley, Oxxos, bares, calles concurridas y no. Zonas elegantes y paupérrimas en todas han caído cadáveres. Y en todos los lugares los victimarios siguen tan campantes sin detenerlos y lo peor de todo, siguen matando gente. Pero hay otras causas que hay que decirlas como son: el desencanto en la crisis económica que lacera a la mayor parte de los sudcalifornianos. Los aumentos vertiginosos que se han dado a los alimentos en los últimos días, han sido no inclementes, sino criminales. Ya las mesas de las familias tienen lo esencial. Unos ricos frijolitos y una buena salsa molcajeteada y cuando hay lujos, nos comemos unas buenas quesadillas. Esta es la realidad. Y esta choca con un angustioso desenlace y es que hasta hoy, no hay ninguna señal de que se dé un cambio para remediar la situación.- Quiero decirle amigo lector que hay negocios en el centro de La Paz y para que más nos guste en los alrededores de Palacio de Gobierno, donde los propietarios han decidido suspender el turno vespertino. Y lo hacen como una medida precautoria a esa violencia galopante. Y si no cree mis palabras lo invito a que haga un recorrido después de las cuatro de la tarde. Y vera. Por esto y por muchas cosas más, los sudcalifornianos y en especial los que vivimos en la capital tenemos nuestras resistencias para convivir como antaño, en un hogar común, donde nos conocíamos todos. Ahora, señoras y señores es diferente.

CUADROS

Un buen maestro, puede ver desde el primer día de clases que traen en su cerebro sus alumnos. Y aunque su responsabilidad moral es enseñar a todos por parejo, con los mejores quiera o no quiera, les da un plus en su compartimiento. Muchos son tan buenos, que ese empujón es tan imperceptible: la luz propia que les cobija es suficiente. En un gobierno debe ser igual supongo. El mandatario debe pulsar que capacidad traen sus colaboradores. A los mejores debe de estimularlos para que rindan más. Y a los no tan capaces les debe dar la preparación adecuada. El tiempo de gobierno es tan breve que se consume en ensayos e improvisaciones. Y comento esto a propósito de un arranque más de un gobierno como lo es ahora el de Carlos Mendoza Davis, que llega con grandes expectativas. Y que estas se cumplan o no, atañen a él y a quienes le acompañan el mandato. Y lo hago porque otra vez, como lo exprese hace cuatro años y medio, hay la esperanza de que ahora si se cumplan esos propósitos de que en un gobierno se forjen cuadros para el futuro. Que los mejores sean parte de las generaciones que vengan a revolucionar la administración pública de la entidad. Que sean los profesionistas que egresan de las universidades locales los que sean los secretarios y los directores y que sean escogidos por sus capacidades. Y que también el gobernador en turno, no tenga la necesidad de importar de otros estados o de la capital del país a quienes ocupen las principales posiciones.

VIDAS PARALELAS


Los recuerdos de Odile, que nos pegó y tubo hace un año y cacho, nos deben de dar un timbrazo de varios decibeles en nuestra conciencia. Y eso para que no olvidemos la friega con nos metió, debido a nuestra inexperiencia, a nuestra irresponsabilidad y a nuestra poca cultura para afrontar con éxito, una tragedia de tal magnitud. Y voy a repetir lo que dije hace meses, cuando ya estábamos de pie: dios nos perdonó la vida a miles en esa ocasión. De lo contrario todavía estuviéramos inversos en la desgracia, en esa cruel devastación. Pero nuestra memoria y agradecimiento es muy corto. Pocos nos acordamos de la hegemónica tarea de Marcos Covarrubias, gobernador y de Estela Ponce Beltrán, la alcaldesa de La Paz. Ambos se fajaron lindos y bonitos para levantar al estado. Sin descansos, sin comer, sin dormir. Ahí ambos dando el mayor de los esfuerzos. Y digo que tenemos la memoria muy corta porque nos valen los riesgos que podamos correr. Vemos los camiones urbanos con cupo no lleno, sino repleto, ensardinado. Y un leve choque, un incendio, se pasa la tragedia. Los tanques de gas en las tortillerías. En los antros sin control de las salidas ni de los accesos. Y lo más graves los asentamientos humanos en los arroyos que se levantan con la complacencia de los funcionarios banales. Ahí está Odile, sumergido en los recuerdos…. Entre rumores disfrazados de mitotes o viceversa se dice que el flamante procurador que viene no será Adonaí, sino un tigre de la ley importado. Esto es una costumbre en los gobiernos de llamar a gente desconocida. Y lo hacen porque en la entidad, no se ha dado la voluntad política de hacer cuadros locales,Y con esto nos despedimos, deseándoles lo mejor la vida misma. Y no olviden: hagan el bien. Y sean felices.

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