AL ROJO VIVO
JESUS CHAVEZ JIMENEZ
No me hago a la idea.- Y creo que moriré con esa incertidumbre si habrá algún día de que el cáncer en todas sus expresiones, deje de quitarnos a nuestros seres queridos. No me explico que en estos tiempos de lo posible en todos los órdenes, solo tengamos en las enfermedades terminales el dolor de ver morir. Con tantos avances tecnológicos e inclusive en la medicina, todavía el cáncer, la diabetes, el Sida, etc. Etc, hacen de las suyas. Pero con el paso del tiempo y la amargura que sentí, al ver partir a muchos de mis amigos, de mis familiares, todavía se de que hay un dolor adicional a esto y es el ver que nuestra gente se muere por estas enfermedades, y que es el de la estrechez económica para afrontar estas calamidades. Se me enchina la piel. Solo de acordarme de tres casos de familiares que murieron. Padecer la carencia para comprar las medicinas que ocupaban casi a diario. El cobro de enfermeros, los cuales abusando del dolor subía sus tarifas casi a diario. O los honorarios de los médicos, que clavaban la uña de manera infame. O el surtir las recetas a costo estratosférico. Creo que el no tener dinero para satisfagar todo eso, es más cruel que el propio cáncer. Y lo digo porque uno de los segmentos de la sociedad, aunque usted no lo crea amigo lector es el magisterial. No le miento, pero hay cientos de enfermos de leucemia, de sida, de cáncer en la próstata, y de todas las enfermedades que usted se imagine. Y la peor desgracia es que los maestros y maestras que sufren esto, no la libran con sus sueldos. No la hacen. Están limitados. Y tienen su calvario, antes de tiempo. Y no exagero, pero la mayoría andan changarreando una atención de las autoridades, inclusive hasta de su propio Sindicato que aunque presume de ser uno de los mas ricos en el mundo, se limita en solidaridad para sus compañeros. Y conozco casos, no hablo al tanteo.
REVERTIR LA REALIDAD
Uno de los mejores maestros que tuve cuando
curse la maestría en educación, fue sin duda el maestro Francisco Careaga
Domínguez. Pulcro, inteligente, propositivo. Y sobre todo lo que más admiro del
maestro su voluntad de enseñar. Esto y su entendimiento muy puntual del
discurso educativo en la entidad, le hacen ser uno de los educadores más
trascendentes de este estado. Y lo digo porque he leído que renuncio a la
dirección de la escuela Normal Urbana, lo que es una mala decisión. Sin embargo
conociendo la cascada de pifias que comete el secretario Alberto Espinoza creo
que esta es una más de esas. Lamentamos que se desperdicien a estas personas
que no son valoradas en su justa dimensión. Un abrazo maestro querido. Una
palabra de su alumno, que a lo mejor no le sirve de nada, pero lo siento en el
corazón, esto que le pasa. Pero creo también que usted vale más que un cargo.
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