SIERPE

AL ROJO VIVO

JESÚS CHÁVEZ JIMÉNEZ





Bien dicen que la maldad es una sierpe horrorosa de siete cabezas. Y esta tiene la facilidad de reproducirse en cada hachazo que recibe. Y sigue viva. Hoy lo constato, cuando veo una foto de Cabo San Lucas, donde otra vez esa sierpe la de las invasiones se está reproduciendo y ante los ojos de la autoridad municipal, no se ataca y se deja que se deslice por una cómoda superficie, donde más adelante, creara otros problemas colaterales que dañaran más al estado. Invasiones, violencia callejera, rapiña en las oficinas públicas, no es una mezcla de sucesos, que ayuden al gran destino turístico que es Los Cabos. Por ello es necesaria una definición en estas invasiones que ayer se levantaron en la zona austral, donde la mano del gobierno en sus tres niveles debe de avocarse al cien. Y llamar a cuentas, no solo a los invasores de facto, sino aquellos delincuentes de cuello blanco, falsos servidores públicos que están atizándole a la hoguera en estos fines de mandato, para sacar sus tajadas o ser parte de negociaciones. Levanta sospecha que a unos cuantos días de que se haga la transición en el mando en todos los niveles, empezando con el ejecutivo estatal, este problema añejo de Los Cabos, tenga un repunte. No se vale. Y no se cree. Uno de los aciertos del gobierno de Marcos Covarrubias, fue el atender de manera puntual las invasiones en todo el estado. Y sin duda que después del arranque valiente del mandatario, al inicio de gobierno, para acabar con la sierpe de las invasiones, se tiene que continuar ahora con los gobiernos que vienen, combatiendo a otros enclaves de impunidad. Sabemos que hay más de cinco mil invasiones que se han dado en la entidad. Un número que ha lesionado ya la llegada de capitales y roto la convivencia sana de los sectores productivos, por la incertidumbre en la tenencia de la tierra Y ahora otra vez aparecen estos mismos orquestadores de esas invasiones. Ya no más.

BI-FESTEJO

Mi madre me quiso demasiado. Lo supe desde que me permitía colgarme de sus pechos. Y cargarme en sus brazos para todos lados. Me tuvo un dos de septiembre. La fecha en que antaño iniciaba el ciclo escolar. Por ello tuve hasta la prepa dos festejos. Uno el de mi cumple y el inicio de clases.Siempre ese día mi fiesta era una mesa para uno. Mis chiles rellenos. Y en otras: mole. Y de postre su mirada y mis cariños del alma. Y su expresión de siempre. "Te quiero Jesús porque naciste muy chiquitito" Este dos. Quiero a mi madre de regalo. Y ahora si prometo no hacerla enojar.

CHOFER MALDITO


Jesús era muy enamorado. De oficio camionero, al servicio de Casa Cota. Y se me olvido decir que era muy terco. Eran los setentas era somnolienta de esta tierra que vez. El 18 de diciembre, un hotelero loretano compro un camión de cemento. Y el contrato de transporte se lo dieron a Jesús. El 19 por la madrugada fue por su bendición con su madre " dios te bendiga, y ahora si llévate un chalan que te ayude “. _SI madre. Pero en sus adentros pensó. “Me lo llevo pura madre”. Y se enfilo hacia el norte. Al mediodía cargo gasolina en la estación de Eliseo Santana en el Valle. Al llenar los tanques, le mordió el gusanito del placer. Bien me merezco un trago. Y una buena mujer, Dio reversa al camión y se internó en esa polvosa ciudad hasta llegar al Balalaika. Estaciono su carga hacia el sur. ¿Sería alguna premonición? No sé, solo creo que traía sed y deseos de pasar un buen rato. El gastarse unos pesos y después proseguir su camino _ A sus órdenes caballero. Usted manda_. Dijo con sensual acento dona Gloria, la madame del lugar. Y este atrabancado cual es. Le dice " quiero las mejores. ¿Dos mujeres? interroga Gloria. No., la mejor mujer. La mejor botella. Y el que paga manda, le coloco a su diestra a Hortensia, un mujeron. Era de Mochis. Y era la mejor, sin duda. Y una botella de Ron Potosí. Obviamente reposado. Jesús y Hortensia, bebieron y bebieron. A las once de la noche, entre sueños etílicos, Jesús se acordó de su compromiso. Me voy, dijo aventando a Hortensia, Y ella clamó, No te vayas, ya es noche, estas muy tomado. ¡Tomado mis huevos!. Me voy porque me voy. Y si quieres vente conmigo y mañana te retacho. Y la convenció. Una acelerada al camión. Y vamooooonos. Se subieron la Tranpeninsualar hechos la mocha. En la Ye de Insurgentes, por poco se estrellan, en el Monumento a los Héroes de la Independencia. Hortensia se asusta. Y empieza a gritar. Bájale, bájale, papacito, que nos vamos a matar, Y de la paciencia paso al enojo, cuando vio a su compañero ocasional echarse varias pestañadas, No te duermas Jesús. No te duermas! Gritaba Hortensia. Pobre mujer desesperada. Con el rímel y el colorete corridos por las lágrimas, iba del grito al sollozo. Pero Jesús ya no escuchaba. A cada grito un acelerón. A cada sollozo un cachetadon. A la dama. Ya el camión era incontrolable. Y en el ambiente la muerte se asomaba.

VIDAS PARALELAS

Y a lo lejos los aullidos, de zorras y coyotes matizaban esa oleada siniestra. A ciento treinta, ciento cuarenta y más kilómetros al llegar a la primera curva de Ligui el camión dio el primer chicotazo en el cerro. De ahí al vacío. A las doce en punto ni un segundo más. Se escuchó un golpe en seco; flop. En la cabina, la muerte con su trinche no pudo recoger nada. Lo más completo era un brazo de Jesús colgado de la puerta. De Hortensia nada. Nada, solo una masa amorfa de sangre y de cemento. Y cuentan los rancheros que hay noches que ahí se aparece ese camión tripulado, no por Jesús; sino por el mismo diablo… y por hoy es todo. Nos leeremos mañana. Reciban un fuerte abrazo. Y no olviden: hagan el bien. Y sean felices.

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