JESUS CHAVEZ JIMENEZ
Espero no ser inoportuno ante la tragedia nacional que
estamos viviendo provocada por la naturaleza. Pero no puedo callar sobre un problema que tenemos encima y es la
homologación del IVA. Esto es un duro golpe para todos los que radicamos en
estas franjas fronterizas, donde se tiene al momento una tasa del once por ciento que se
dispararía hasta el diez y seis. La iniciativa de reforma hacendaria, un ataque
a los fronterizos. Estoy al cien por ciento con el repudio que se ha
generalizado en estos estados. Y hago mía la postura de aquellos que ven en
esto una falta de respeto a las sociedades fronterizas del norte. La iniciativa
presidencial, de aprobarse tal cual, castiga a la frontera y a los fronterizos
por ser más trabajadores que el resto del país. Si aunque no lo crean. Como
hemos conquistado el desierto con el trabajo de muchas generaciones y le damos
cabida a miles de compatriotas que llegan diariamente el centro del país a
buscar trabajo, que no encuentran en sus comunidades, en lugar de premiarnos
porque le ayudamos al resto del país a resolver sus problemas de desempleo y
pobreza, nos castigan... Espero en Dios que no se nos de este golpe. Y más que
lo hagan aprovechando estos difíciles momentos que vive nuestra patria.
PREMIO
Alcanzar el bienestar social y transformar a nuestro México
en un país sano y próspero, es una tarea que debemos realizar de forma conjunto
la sociedad civil y las instancias de gobierno, ya que la responsabilidad y los
beneficios de vivir en una nación exitosa son para todos, por tal motivo
siempre me congratulará saber que cada vez hay más personas ocupadas en
trabajar arduamente y de manera desinteresada en el logro de este importante
cometido, expresó la presidenta del SEDIF, María Helena Hernández de
Covarrubias, al asistir a la ceremonia de premiación "Visionaris - Premio
UBS al Emprendedor Social 2013,
VIDAS PARALELAS
Al llevar a cabo gira de trabajo en la delegación de Los
Planes, la alcaldesa Estela Ponce Beltrán ratificó el compromiso de su gobierno
de mantener permanentemente el respaldo a la práctica y la enseñanza del
deporte entre la población paceña, al tiempo que entregó material deportivo
niños y jóvenes de esa comunidad...Me pico el amor propio mi hermano y lector
Genovebo Cota Haros al decirme con todas sus letras que mi cuento de ayer no le
gustó. Ahí le va otro. Me propongo revertir este asunto: El hombre del libro
gordo. El pasado jueves fui con mi doctor. Un chequeo de los ojos. Fue un día
normal. La cita a las ocho de la mañana. Y ahí; puntual como un militar. La
sala de espera poco concurrida. Cinco pacientes. Dos más adultos que yo. Una
señora de unos cuarenta años. Una guapa dama de unos treinta años de buenos
veres. Y el quinto llegó después que yo. Era un hombre alto. Gordo Unos sesenta
años. De tez blanca. Y bien vestido. Y en su costado cargaba un libro gordo,
demasiado gordo. Antes de sentarse checo el ambiente y el entorno. Sus ojos relampaguearon
cuando encontró un asiento vacío al lado de la guapa dama. Y ahí desparramo su
obesa humanidad. Todo bien hasta el momento que habló. Un vocerron. Pero
grande. Y empieza a dar una amplia descripción de su vida. Empezó con su formación
académica. Es doctor en ciencias por la Sorbona de Paris. De ahí se pasó a sus
propiedades. Es dueño del ochenta por ciento de La Paz. Continuó con sus
destrezas buen pescador. Como cazador sería un buen caso para la Profepa porque
ha matado más de mil especies. Y la dama toda asustada porque el hombre no paraba.
A la hora de la perorata el hombre se subió a un barco que zarpo de San
Francisco y recorrió todos los países de Europa. Y más allá; China. Japón.
Reservo veinte minutos para recordar su paso por Groelandia. Toda una hazaña en
un solo pecho. Y ahí todos escuchando sin querer. Y de vez en cuando le sobaba
el lomo a su libro gordo. Yo me empecé arrullar con la plática. Y a punto de quedarme
dormido. Salte de mi asiento cuando le escuche una frase. Este libro. Es mi
libro consentido. Por eso lo cargo. Y es de poesía. Es decir de puras mentiras.
Porque sabrá amiga mía que solo a los poetas se les permite mentir. ! Sopas perico!
Me dije. Y le puse más atención. Nos dio. Me dio una cátedra de mentiras y poetas.
Pero en eso estaba cuando la asistente del doctor me llamo. Y cuando me estaba
atendiendo me acorde del gran Borges cuando contestó una pregunta a una joven
estudiante. Me pregunta sobre la existencia de Dios? Quiero decirle que en este
momento. Ni yo estoy seguro de mi existencia. Y antes mucho antes dijo; soy un
mentiroso. Y tengo miedo que me descubra. Cuando salí de la consulta aquel
hombre del libro gordo estaba declamando… Y amigos, hagan el bien y sean
felices.
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